¿No tienes curiosidad por conocer las cocinas de los bloguers que todos seguimos para mejorar nuestra cocina? En la tercera entrega de la serie Aprende a cocinar les preguntamos: ¿Cómo es tu cocina? Y estas son sus respuestas.
Javi
Mi cocina no es muy amplia por lo que debo controlarme a la hora de comprar cosas porque después no se dónde meterlas 🙂
Al principio compraba montones de utensilios, pero al final te das cuenta de que solo usas unos pocos y que por eso es importante invertir en comprar un pequeño conjunto de utensilios de buena calidad y no estar tirando el dinero en montones de cosas que al final no se usan nunca.
Así por ejemplo, antes de comprar una vajilla con 20 ollas es mucho mejor pararse a reflexionar y pensar qué tamaños se usan realmente en casa. Si tú las vas a usar todas, adelante, pero yo normalmente con un par de buenas ollas y uno o dos cazos puedo preparar casi cualquier guiso o potaje. Y con un juego de tres sartenes estoy más que equipado para completar cualquier otra receta.
También son imprescindibles en mi cocina dos buenos cuchillos, uno pequeño para pelar y cortar ingredientes pequeños y uno grande de tipo cebollero, para casi todo lo demás. Otros dos utensilios que uso mucho son el pelador, con las patatas y demás hortalizas, y el rallador para el queso.
Son cosas que va aprendiendo uno con el tiempo, aunque a veces termina uno con la cocina a reventar antes de darse cuenta 🙂
Pamela Rodríguez
Mi cocina es muy básica, muy sencilla y modesta. Me encantaría poder disponer aquí de materiales más modernos y cómodos, pero no es el caso. Ello tampoco me impide hacer nada que no quiera, así que no me importa mucho. Lo importante es tener ganas de cocinar. ¿No lo hacían nuestras bisabuelas en una cocina de leña?
Lo que no pueden faltar en una cocina son unos buenos cuchillos, tablas y pequeños utensilios o gadgets que muchas veces nos facilitan las tareas muchísimo. Estos últimos no es que sean imprescindibles, pero sí ayudan mucho según en qué tareas.
Y si ya os gusta la repostería por supuesto algunos moldes variados para hacer un poco de todo: bizcochos, tartas, pasteles…
Manu CatMan
Mi cocina tiene forma de U, cada parte es una zona, agua, fogones y horno y zona de trabajo. Es así porque es fruto de una ampliación de la anterior, la primera era pequeña, oscura y no cabía nada. Hoy por hoy, la verdad es que mucho mejor. Al ser con barra americana es muy luminosa. Elegí muebles sencillos, con algo de brillo y en tonos blancos y negros a juego con el el sofá del salón. Lo que más me gusta de mi cocina es el mural para colgar sartenes y demás ‘trastos’ colgables y la pared pintada con pintura pizarra, que es muy útil.
Me gustan las cocinas americanas porque te permiten estar con la serie de turno o con los amigos mientras cocinas. Si no hubiera sido ampliación con la menor obra posible, habría puesto la zona de trabajo y los fogones al lado porque entre ir y venir mancho bastante. El gran fallo de mi cocina es el tipo de suelo, que es guarrete y también que no hay espacio para micro. Además debería cambiar el horno que es bastante regulero y puestos a soñar en torre para no tener que agacharme, pero bueno, tiempo al tiempo.
Son imprescindibles unos muebles de calidad y un buen horno y utensilios, también de calidad, a lo largo del tiempo doy fe de que eso de que lo barato sale caro, no sabéis qué cantidad de moldes barateros se han ido a la basura ya. También es importante una batería de cocina buena y tener claro que nos gusta cocinar para invertir en eso y no pretender tenerlo todo. Con paciencia y ahorro, poco a poco.
Recomiendo una amasadora tipo Kitchen Aid o similar para los panaderos y/o reposteros, los moldes de NordicWare y también, ufff, es que son tantas cosas. Yo no me quejo, tengo de casi todo, la verdad, pero hay que comprar con ojo, en función de presupuestos, el uso y el espacio. Por ejemplo, si vas a hacer un pan cada 3 meses, amasa a mano.
Me encantaría tener espacio para un arcón congelador y un frigorífico doble, pero para eso habría que rehacerlo todo, aunque oye ¿quien sabe?
Su
Mi cocina no es la cocina de mis sueños, es la de mis realidades, es decir, la tengo tal y como venía en la casa que nos compramos hace 16 años. Un espacio práctico, con muebles blancos, un suelo espantoso y un lugar donde soy feliz. He invertido en buenos electrodomésticos, ¡sin mi horno no puedo pasar!
Para mí hay unos cacharros imprescindibles que no pueden faltar en mi cocina: un par de sartenes buenas, una olla exprés, un par de cazos, un mortero, unos cuencos, un set de espumadera/cucharón/cazo/paleta, unas tijeras de cocina, un colador, unos buenos cuchillos.Me gusta mucho que pudimos poner una mesa en la cocina, donde entramos los cinco que somos en casa ¡me encanta el jaleo que se produce en torno a ella! Es un punto de encuentro fabuloso en mi familia.
Las fotos del blog no se hacen en la cocina por falta material de espacio para meter los bártulos de mi fotógrafo, se hacen en el salón, que como no lo usamos para las cosas normales que lo usa una familia, lo tenemos de estudio de fotografía.
María José
Mi cocina tiene un ventanal sin cortinas que deja pasar la luz y hace que sea un espacio luminoso. No tengo edificios enfrente y cuando hace bueno, el sol entra en la cocina y hace que sea un espacio cálido y acogedor. Es una cocina amplia, con una encimera de trabajo lo suficientemente grande para trabajar a gusto y poder tener sobre ella algún electrodoméstico. Cuando nos cambiamos de casa, diseñé yo misma la distribución del espacio. Hice hincapié en los enchufes y en la capacidad de los armarios. Me parece muy importante poder disponer de varios enchufes para no tener que desenchufar el tostador para poner la cafetera…
Procuro tener la encimera despejada, pero lo cierto es que pocas veces está vacía. La cocina es reflejo del día a día familiar: el tupper con los restos de la cena, el bizcocho para el desayuno, los langostinos que saco la noche anterior del congelador… Como podéis ver en la foto, mi cocina es una cocina normal y corriente, pero es mi cocina, en ella me siento bien y cocino feliz.
La “cacharrería” ha ido en aumento a lo largo de los años y ahora tengo la suerte de disponer de un gran armario auxiliar en el garaje donde guardo los moldes y “el estilismo “ del blog. En los armarios de la cocina guardo las cazuelas, la olla, las sartenes….lo que utilizo todos los días. No compro nada que no tenga garantizado que lo voy a utilizar, no soy nada caprichosa, lo que compro, lo compro convencida de ello.
No creo que haya ningún objeto imprescindible en la cocina. Cuando vamos de camping o de casa rural, cocinamos con sartenes en las que se pega todo y con cuchillos que no cortan y la comida la hacemos igual de rica y con la misma ilusión. Pero es cierto que hay muchas cosas que hacen que sea todo más fácil y con las que me gusta trabajar: el peso digital, unas buenas espátulas de silicona, mis cuchillos….
Tengo pocas cosas “caras” pero son compras amortizadas, de las que nunca me he arrepentido de haber comprado: mi Thermomix, la cocotte, el taco de cuchillos de WMF, la olla, los moldes Nordic Ware…. ¿Mi próxima inversión? Un buen rodillo. Quien sabe, a lo mejor lo traen sus Majestades de Oriente….
Ricardo Ojalvo
La mía es una cocina convencional bastante prototípica de un apartamento moderno, lo suficientemente grande como para alojar una barra con taburetes en la que comemos hasta cuatro codo con codo, y lo suficientemente pequeña como para resultar incómoda cuando más de dos quieren trabajar un plato en equipo. No es ningún alarde técnico, pero en el ambiente flotan tantos «momentazos» gastronómico-familiares, que creo que no la cambiaría por la cocina del Bulli (aunque estoy abierto a posibles ofrecimientos).
Como por todos es sabido mi pasión por cocinar, acumulo aparatejos de todo tipo, muchos de los cuales sólo se prestan a ser usados de higos a brevas. Sin embargo, soy más feliz que un cochino en un charco de barro con cada nueva adquisición, por inútil que sea. Mis únicas herramientas verdaderamente imprescindibles, aparte de los cuchillos (siempre bien afilados), y la batería de cocina, son mis sartenes de titanio. Me lo han preguntado mil veces y mil veces más seguiré respondiendo lo mismo: a la hora de comprar sartenes, lo barato sale caro, y no hay mejor inversión para una cocina que un par de sartenes de calidad y de largo recorrido.
Fina
Mi cocina es “donde el corazón te lleve”. Comparto espacio entre la cocina de la casa familiar a pagès y la cocina de mi casa de Barcelona donde trabajo entre semana. Tienen las dos un espacio muy especial para las hierbas y las especias. Procuramos que no falte ninguna porque estos dos ingredientes transforman culaquier plato, desde una crema, un estofado, un pescado al horno o las más humildes patatas o lentejas.
Tenemos rebost (despensa), compramos en temporada, intentamos que haya provisiones. Por ejemplo, las mismas patatas las compramos a final del verano y más o menos tenemos hasta la próxima temporada, como las legumbres o el aceite de oliva. Cada año cuando llega el aceite nuevo vamos a la comarca de Les Garrigues y compramos para el año, lo compartimos con mi madre. Aunque si vamos a una comarca que tiene buen aceite de oliva, no nos resistimos a probar otras variedades.
Mi cocina no es una cocina sofisticada ni de diseño pero de lo que tiene no le falta. Me parece importante hacer una buena inversión, si se puede, en la la placa y el horno, al igual que el lavavajillas facilita y ayuda mucho. También, la nevera y el congelador.
En cuanto a los pequeños electrodomésticos, cada uno tiene su preferido. Recuerdo en una entrevista que Ferran Adrià decía que uno de sus preferidos era la licuadora y de los utensilios, el rallador microplane, es una maravilla. Un robot que amase, monte y bata, el que tengo lleva un vaso que sirve para preparar batidos y purés y las excelentes sopas frías. Se pueden pedir a la familia para los RRMM o para Navidades o un regalo entre los amigos para un aniversario especial.
Una compra es buena dependiendo del uso. Una vez compramos la mandolina pero no la hemos amortizado porque ya no somos tantos en casa, pero sí la utilizamos cuando hay que preparar muchas cosas y somos muchos. Es importante tener una coccotte. Esto sí que es un buen regalo y para siempre. Conseguiremos los mejores estofados y excelentes cocidos. Como una olla a presión (leer instrucciones), para los que vivimos con prisas en una sociedad donde el tiempo es un bien escaso.
Me parece muy importante tener buenos cuchillos para poder trabajar bien y mejor. Desde el famoso puntilla o cebollero hasta el cuchillo del pan que, según aprendí y me enseñó mi madre, sólo para el pan. A base de insistir lo consiguió. En casa siempre he visto un cajón destinado al pan, con su panera, una servilleta para mantener caliente el pan tostado y el cuchillo. También hay un cuchillo jamonero, aunque ahora no lo utilizamos tanto.
Es importante recordar que el tomate lleva un ácido que puede estropear los cuhillos y la mejor de las sartenes. De éstas, al menos una para los huevos y si se puede, de dos tamaños diferentes.
Este es el tercer capítulo de la serie Aprende a cocinar con la que mejorar nuestra cocina a partir de los conocimientos y la experiencia de grandes bloguers de cocina. Puedes leer también Aprende a Cocinar VIII: ¿Cocinar para seducir? Aprende a Cocinar VII: ¿Saber cocinar es saber comer? Aprende a Cocinar VI: Cómo empezar en la cocina. Aprende a cocinar V: ¿Cómo te mantienes al día en la cocina? Aprende a cocinar IV: «¿Cómo te organizas en la cocina?» Aprende a cocinar II: «¿Cómo transmites tú el valor de la cocina?» y Aprende a cocinar I: «¿Qué influencia ha tenido tu familia en tu afición a la cocina?».
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