En el primer capítulo de la serie Aprende a cocinar grandes bloguers de cocina respondían a la pregunta ¿Qué influencia ha tenido tu familia en tu afición a la cocina? Hoy queremos averiguar ¿para qué sirve la cocina? desconectar, enamorar, demostrar cariño, alimentarse, vivir sano… y para ellos les preguntamos:
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¿Cómo transmites tú el valor de la cocina?
Ricardo Ojalvo
La cocina en concreto y la alimentación en general, han sido y son de forma innata fuentes de pasión y de curiosidad a partes iguales en mi vida. Es algo que viene de serie conmigo, y que de la misma forma que lo absorbo allá por donde miro, huelo y saboreo, lo transmito de la forma más natural del mundo. Me sale solo.
No obstante, desde que la empresa para la que trabajo me dio la posibilidad de llevar las riendas de Cocina.es como responsable de edición, la afición tomó tintes de profesión (aunque siempre abordo mis artículos desde el prisma de aficionado y consumidor de los de lupa bajo la manga), y ello me ha permitido aprender muchísimo, siempre llevado por el deseo de compartir mis «cotilleos culinarios».
En ese sentido, creo que los de la era «del Interné» tenemos el privilegio y también la enorme responsabilidad de poder sacar de nuestras cocinas y de nuestras cabezas pensantes todas nuestras recetas y reflexiones sobre la gastronomía, el consumo, la alimentación, etc. Nuestras madres y abuelas eran mucho más sabias que nosotros, pero no tuvieron esa opción. Por eso, me quedaría con el adjetivo «responsabilidad» para definir mi forma de transmitir el valor de la cocina.
María José
El valor de la cocina, o por lo menos un gran valor de ella, es la posibilidad de compartir momentos con familia y amigos. Da igual que sea el desayuno, un aperitivo, comida, una merienda o la cena, la cocina es momento de encuentro con compañeros, amigos, familiares…independientemente de lo que haya en el plato: da igual comer unos huevos fritos con patatas que un bogavante a la plancha.
El blog fue un regalo inesperado de mi compañera Raquel, pero enseguida se convirtió en una posibilidad que hoy en día es toda una realidad y de la que estoy especialmente orgullosa: el blog es el recetario virtual en el que mis hijos y sobrinas el día de mañana, tendrán siempre presentes las recetas de mi familia. Recuerdo, recién casada, cómo llamaba a mi madre por las noches para que me dijera cómo se hacía una determinada receta. Mis hijos siempre tendrán la oportunidad de encender el ordenador y leer en la pantalla sus recetas favoritas.
La vida del blog transcurre paralela entre mi familia y la gente que hay al otro lado de la pantalla. A ese público, fiel desde hace años, intento convencer de que cocinar no es algo complicado que lleve mucho tiempo. Me gusta transmitir la idea del “valor de lo casero” como algo asequible a todos. Para mí la cocina es un acto de entrega y cariño a los míos pero también es una constante superación personal: aprender nuevas recetas, combinar ingredientes, descubrir otros sabores, inventar platos….
Su
Cuando mi marido y yo decidimos compartir las recetas de la cocina castellano manchega de mi madre y las mías propias, lo primero que pensamos fue en que les quedara a nuestras hijas este recetario, en un formato tan atractivo como es un blog de cocina, y además enriquecido con muchos comentarios de nuestros lectores.
Nuestros seguidores son importantísimos en el blog, muchos de ellos casi desde sus inicios, aportan sus propias experiencias, e indudablemente enriquecen el contenido de nuestro blog. Para nosotros es una alegría cuando podemos desvirtualizarlos bien en algún curso que imparto, o en una de nuestras firmas de libros.
Nuestra manera de trasmitir el valor de la cocina, es con un trabajo constante, no solo en el blog sino en redes sociales, a mí me gusta siempre decir que hablo de lo que sé, de lo que no sé me callo, y de lo que quiero saber es necesario formarme. En el desarrollo del contenido del blog, invertimos mucho mucho tiempo, para cuidar cada detalle y para ir mejorando cada día en esta evolución que nos mantiene en la blogosfera desde hace ya 8 años.
A su vez este esfuerzo retorna a nosotros en forma de desconexión de nuestra profesiones que nada tienen que ver con la gastronomía, y mientras tanto disfrutamos comiendo lo que luego veis en las pantallas de vuestros dispositivos.
Pamela Rodríguez
Cocinar es mi forma de evasión, relax y momento de creatividad. Reúno todas esas sensaciones y me siento muy a gusto en mi terreno, cocina. Me encanta ser la anfitriona de las reuniones familiares y por ello hace algunos años que “tomé la batuta” en nuestra familia. Lo que intento es crear una atmósfera agradable, feliz y distendida alrededor de la mesa, que todos disfruten de la comida, la velada y la compañía.
Abrimos el blog por casualidad, sin una razón particular, y poco a poco fue creciendo y ganando seguidores, compañeros y hasta amigos. Llevarlo al día y publicar frecuentemente es complicado cuando trabajas a jornada completa, pero procuramos dedicar unas horas los fines de semana. Ya forma parte de nuestra rutina y de nuestra vida, al igual que todos los seguidores.
Raúl
Mi amor por las artes culinarias me hizo que empezara a estudiarlas hace ya casi 20 años y me especialicé en cocinas del mundo, obviamente mis vivencias infantiles tuvieron mucho que ver con esto. Trabajé como ayudante para varios profesores de cocina nacionales y extranjeros, y en más de una ocasión como cocinero en restaurantes.
La decisión más importante vino con el cambio de siglo: fundé una escuela de cocina (Baskaco) con uno de mis primeros profesores, aunque lastimosamente eso ya es historia. A diferencia de la mayoría de blogueros, yo comencé impartiendo cursos de cocina y repostería, hace catorce años, en Madrid, Bilbao y Vigo, y actualmente sigo dando algún curso de cocina de forma esporádica.
La fotografía siempre fue otra de mis pasiones infantiles y cuando dejé aquella escuela de cocina pronto me matriculé en EFTI, una escuela de fotografía de Madrid. Estos nuevos conocimientos me llevaron a unir cocina y fotografía apareciendo El Oso con Botas en febrero de 2012. La creación de este blog culinario no surgió de ninguna necesidad de ampliar mi círculo de influencia, sino más bien de retomar la cocina y la enseñanza de una forma contemporánea y diferente, utilizando mi fotografía como recurso didáctico, de ahí que el paso a paso de mis recetas sea tan importante en mi blog. Sí, lleva mucho tiempo, mucho … pero cuando se tiene tal vocación y un amor apasionado por la enseñanza y la comida no importa el tiempo utilizado… ¡es tiempo disfrutado!
La cocina es cultura, es arte, es amor, es compartir y es pasión, y deja de ser todo esto cuando no cumple la función básica de alimentar, entiéndase esta palabra como la función de proveer (y disfrutar) solo los alimentos que son necesarios, respetando sus propiedades y sabores.
Fina
Hace unos años descubrí los blogs. Una duda y una pregunta que hice, un día, a una bloguera, fueron el inicio de este camino. Envié algunas recetas y también participaba. Hasta que algunas blogueras me animaron y me dijeron: «tienes que tener tu blog». Entonces, empezaron las dudas y los miedos: ¿Cómo lo hago?, ¿qué tendría que saber? Empecé a leer y comprarme libros, me apunté a algunos cursos sobre la blogsfera, sus plataformas y cómo moverme. Soy licenciada en derecho, a nivel de informática conozco lo que utilizo en el día a día. Esto era otro mundo. Otro día, recibí un correo desde Madrid, la autora de un blog me preguntaba si podía escribir un comentario mío en un libro que quería publicar. ¡Qué sorpresa! A alguien le interesaba lo que escribía. Porque ¿qué sentido tiene escribir si nadie lo va a leer?
Estuve un año leyendo, asesorándome, asistiendo a cursos, todo después del trabajo del que vivo. Me daba “pánico” hacerlo mal. Me costó, pero lo conseguí, ahora han pasado 4 años desde que empecé esta aventura y he sido finalista de premios blogs de Catalunya dos años consecutivos. Algunos medios de comunicación han recomendado mi blog, entre ellos «La Vanguardia”. Todo esto ayuda a continuar y saber que a alguien le interesa y reconoce tu trabajo.
Uno de los propósitos del blog es recoger las recetas familiares para que no se pierdan y poderlas transmitir. Platos de caza, recetas tradicionales o experimentar nuevas ideas. Quería recordar la carta emotiva que recibí de una persona del Pallars para comunicarme que había recuperado una receta perdida del estofado de jabalí como lo hacía su abuela gracias a Cuina Cinc. He hecho amistad con personas de diferentes lugares, algunas ya no están o han dejado esta actividad. Hay que trabajar mucho ¡muchísimo! A veces, hay que hacer kilómetros para conseguir una foto.
Pero el blog también es una terapia, una ilusión, un reconocimiento. Visito los mercados, leo todo lo que puedo sobre gastronomía, asisto a talleres, voy a ferias, hablo con personas el tiempo de que dispongo. Después hay que escribir, cocinar, hacer las fotos y a veces repetir hasta que sale como te parece mejor o lo más parecido a aquello que quieres transmitir 🙂 CuinaCinc no es propiamente un blog de recetas sino también de su historia, del entorno y de por qué hemos llegado hasta aquí. La cocina sirve para demostrar el cariño, afecto, para largas sobremesa en los días de fiesta, para compartir y disfrutar. Una forma de entender la vida.
El primer postre que hice con 12 años para mi familia: aquellas Navidades mis padres me regalaron mi primer libro de cocina y me propusierón que hiciera una receta del libro para todos.
Javi
Siempre me ha gustado la cocina pero con el tiempo ha ido ocupando una parte más importante de mi vida hasta tener un valor enorme en ella. Me encanta transmitir con mis recetas el cariño que le pongo a cada plato y por eso me gusta tanto detallar cada paso de cada elaboración para que cuando alguien lea una de mis recetas, sienta como si yo estuviera junto a él explicándole paso a paso cómo lo hago yo en mi cocina. Y sorprendentemente recibo muchos correos y comentarios en los que me dicen precisamente eso, que siente como si yo estuviera al lado de ellos preparando la receta en su cocina. La verdad es que reconforta enormemente el saber que llega a la gente esa atención que pongo en cada receta y agradezco de veras cuando alguien me lo hace saber.
Por cierto, hablando de agradecimientos, creo que mucha gente no tiene la costumbre de agradecer a quién le prepara la comida el cariño y el esfuerzo con qué lo hace. Yo en mi casa siempre le digo a mi madre lo bueno que está el plato que ha cocinado porque me parece importante demostrar esa pequeña muestra de agradecimiento a quien con tanto cariño me ha alimentado durante toda mi vida. No cuesta tanto decir una palabra amable y creo que es lo mínimo que todos deberíamos hacer 😉
Este es el segundo capítulo de la serie Aprende a cocinar con la que mejorar nuestra cocina a partir de los conocimientos y la experiencia de grandes bloguers de cocina. Puedes leer también Aprende a cocinar I: “¿Qué influencia ha tenido tu familia en tu afición a la cocina?”, Aprende a cocinar III: «¿Cómo es tu cocina?», Aprende a cocinar IV: «¿Cómo te organizas en la cocina?» y Aprende a cocinar V: ¿Cómo te mantienes al día en la cocina? Aprende a Cocinar VI: Cómo empezar en la cocina. Aprende a Cocinar VII: ¿Saber cocinar es saber comer? Aprende a Cocinar VIII: ¿Cocinar para seducir?
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