Limpieza de las sartenes de hierro fundido

La correcta limpieza de las sartenes de hierro fundido, aunque al principio pueda parecer molesta, nos dará como recompensa una sartén que se va a convertir en nuestra favorita que nos va a durar generaciones.

Como sabemos, el hierro es un material poroso y por lo tanto, no es resistente al agua. El agua favorece su oxidación, por lo que es necesario que las sartenes de hierro fundido tengan siempre una capa de protección entre el propio material y los alimentos. Para evitar la corrosión, una fina capa de aceite tanto por la superficie como por la base es suficiente.

Las sartenes de hierro fundido antiadherentes

Las sartenes de hierro fundido crean su antiadherencia a través del uso. Cuanto más la utilizamos, más la vamos curando y por lo tanto, mayor rendimiento sacamos de ella. Las sartenes de hierro fundido normalmente vienen con una capa de esmalte. Esta capa viene a suplir las reinteradas capas que deberíamos aplicar al hierro fundido antes del primer uso para mantener su propiedades.

Pero el esmaltado por si sólo no es suficiente. Cada vez que utilizamos nuestras sartenes de hierro debemos incorporar al «ritual» de uso el fregarlas, secarlas bien, y untar con ayuda del papel de cocina con un chorro de aceite tanto la superficie como la base. Las sartenes de hierro fundido con el tiempo se van volviendo antiadherentes. Este dato, nos tiene que hacer dar cuenta que cuando trabajamos con un producto nuevo, tenemos que escalonar los usos hasta alcanzar el óptimo estado de la superficie de cocción.

En este proceso inicial que en definitiva es el curado de nuestra sartén de hierro fundido hasta que sea nuestra sartén favorita, requiere fijarnos que durante las sucesivas cocciones no se vaya formando una capa tipo costra en nuestra superficie. Como comentábamos anteriormente, el hierro fundido es poroso, y con las primeras cocciones podemos experimentar que quedan restos en la superficie incluso después de haberla fregado. Esto sucede porque en realidad, la estamos limpiando mal. Debemos asegurarnos siempre que limpiamos nuestra sartén de que en la superficie no ha quedado ningún resto de comida. Si vemos que nos ha quedado unos restos en la superficie, debemos limpiarlos con agua caliente, detergente y un estropajo duro.

También nos podemos valer de una espátula pero nunca de utensilios cortantes puesto que pueden rayar la superficie de la sartén. Si se raya la superficie, perderemos todo el trabajo que hemos hecho con cada pasada de aceite y deberemos prestar especial atención a la zona afectada en cada uso.

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Limpieza de las sartenes de hierro fundido ¿Cómo limpiarlas en caso de aparición de una costra en la superficie?

Ante todo, entenderlo como algo normal y que es parte del curado de nuestra sartén de hierro fundido nueva. El producto está nuevo, de fábrica y necesita curtirse con el tiempo para dar lo mejor de sí. Si tenemos un horno moderno, podemos poner nuestra sartén dentro y aplicar el programa de lavado suave. Este programa tiene la fuerza suficiente para actuar sobre la sartén y despojarla de cualquier resto de comida. Una fez finalizado el programa, la podremos fregar con el estropajo convencional, untar en aceite y almacenar.

Sino tenemos la suerte de contar en nuestro horno con esta función, debemos recurrir a un ingrediente clásico pero igual que eficaz: La sal.

La sal gruesa es un mineral ideal para limpiar nuestras sartenes de hierro fundido. En granos grandes, su poder de absorción de impurezas es óptimo para nuestra sartén de hierro. A temperatura, cubrir la superficie de nuestra sartén con granos de sal gruesa cubriendo toda la base. A temperatura alta al principio y media/baja al final, calentamos la sal y vamos batiendo nuestra sartén de hierro fundido para que la sal entre por todas las partes. Veremos como empieza a tomar un color oscuro, signo de que está absorbiendo todas las impurezas que sobran de nuestra sartén de hierro. Repetimos el proceso las veces que haga falta hasta que notemos que la superficie de nuestra sartén de hierro fundido vuelve a ser perfectamente homogénea. Fregamos con estropajo y almacenamos.

Como limpiar la sartén con sal gruesa

Cada tanto, debemos hacer la limpieza con sal gruesa. Esto es lo que se concoce como una limpieza a fondo de todas las impurezas y restos que pueden quedar en nuestra sartén de hierro con el uso por un tiempo prolongado. Digamos que si la utilizamos una vez por día, este tipo de limpieza es recomendable hacerla cada tres meses.

Consiste en tirar un puñado generoso, que cubra toda la base de la sartén y con un grosor de medio dedo aproximadamente. Calentamos la sal a fuego lento y la removemos con ayuda de un utensilio cada tanto. Veremos como la sal se empieza a poner oscura. Esto es porque está absorviendo todas las impuresas. Debemos continuar hasta que toda la sal esté bien oscura. Apagamos la fuente de calor y dejamos reposar hasta que se enfríe. Fregamos normalmente y untamos la correspondiente capa de aceite sobre toda la sartén de hierro y ya está lista para guardar.

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