Cookies con chips de chocolate y fresas

Ingredientes (para unas 12 galletas)

• 1 huevo
• 100 g de azúcar moreno
• 60 g de mantequilla pomada
• 180 g de harina
• 1/2 sobre de levadura
• 1 pizca de sal
• 60 g de chips de chocolate
• una pizca pasta de vainilla
• 1 cucharadita de bicarbonato
• 4-5 fresas

Cómo preparar unas cookies

En un bol mezclamos el azúcar moreno con la mantequilla pomada, hasta que esté bien integrado.  Es muy importante que la mantequilla esté en textura pomada, es decir, que cuando tocamos se hunda el dedo para que pueda integrarse muy bien con el azúcar.  Para ello hay que dejarla a temperatura ambiente un buen rato antes de preparar la receta. No vale derretir la mantequilla en el microondas por ejemplo ya que la textura será diferente. Mezclar, mejor con barillas eléctricas durante un buen rato, hasta que veamos que adquiere una textura esponjosa.

Añadimos el huevo y la pasta de vainilla y mezclamos bien de nuevo.  La vainilla, mejor en pasta, y de buena calidad para que el sabor de las galletas sea inmejorable.

Tamizamos conjuntamente la harina, la levadura, el bicarbonato y una pizca de sal.  Muy importante el tamizado, para que no queden grumos de harina en las galletas.

Vamos echando el tamizado en dos o tres tandas para que el mezclado sea más homogéneo, y se integren bien todos los ingredientes. Quedará una masa doradita (por el azúcar moreno), sin grumos y esponjosa.

Añadimos las gotas de chocolate y las fresas frescas cortadas en trocitos pequeñitos.  Ahora para mezclarlos bien en la masa es mejor que utilicemos una espátula o una lengua, ya que las barillas eléctricas podrian romper el chocolate y las fresas.

Dejamos la masa dentro de un bol  y tapamos con papel film.  Dejamos refrigerar una horita en la nevera.

Pasado ese rato, con ayuda de una cuchara para helados, hacemos bolas y las vamos colocando sobre la bandeja de horno con papel de hornear.  Yo las hago formando una bola puesto que de este modo quedan tiernas de dentro.  Si las queréis más crujientes y por tanto planas, podéis, una vez formada la bola en la bandeja, aplastar un poquito con el dorso de una cuchara. Debemos tener la precaución de dejar separación entre una galleta y otra, por lo que crecerá en el horno para que no se peguen.

Horneamos en el horno precalentado a 180º, durante unos 11 minutos.

Dejar enfriar sobre una rejilla.  Aunque al retirar del horno os parezca que están todavía muy blanditas, con ayuda de una espatula las retiráis de la bandeja, y súper importante, ¡dejar enfriar en la rejilla!, para que acaben de coger la textura exterior crujiente.

También puedes probar con unas galletas exóticas de tahini y chocolate.