El tajín o tajine es un utensilio oriental muy interesante para la cocina natural. Su especial forma, tan llamativa, cocina todo tipo de verduras y frutos secos de la forma más jugosa, para mezclar con cereales y arroces. Los modernos son además prácticos, irrompibles y lavables en lavavajillas.
Cocinar en su propio jugo
Comúnmente utilizado en el norte de África, el tajine oriental tradicional es de barro cocido. Tiene dos piezas, un plato ancho y poco hondo y su larga tapa cónica, hecha de esta forma para condensar en su interior el vapor, y que caiga continuamente sobre lo que se cuece, manteniéndolo húmedo. El tajine da a lo que se cocina una jugosidad y un sabor únicos.
Lo que caracteriza especialmente al tajine es que cocina con muy poca agua: el vapor hace que los alimentos se cuezan en sus propios jugos, con el máximo sabor.
El vapor sube por el tubo de la tapa, se enfría, se condensa y vuelve a caer sobre la cocción. Se cocina por tanto sin apenas líquido ni aceite, y se consigue un guiso aromático y jugoso de verduras al dente.
Cuanto menos abras el tajine cuando cocina, más sabroso el guiso.
Cómo se cocina con tajine
El tajine es un utensilio de cocción a fuego bajo, en que se estofan las verduras, pescados y carnes a fuego lento hasta quedar jugosos y tiernos. Se añade a la cocción especias, hierbas, frutos secos, frutas, miel…. enriqueciendo de sabores y nutrientes los platos. Al cocinarse al vapor, los alimentos conservan sus propiedades organolépticas. Que consigues un guiso aromático y suculento, vaya. Y en poco tiempo, puesto que unas verduras tardan en cocinarse en tajine unos 20 minutos. Se aprende en seguida cuánta agua utilizar y el tiempo de cocción para cada receta.
Mezclando el guiso en tajine con cereales: cuscús, trigo sarraceno, cebada, amaranto, arroces, bulgur, mijo, espelta, quinoa… se consigue uno de los platos más completos de la cocina natural. Y más sabroso. ¡Y qué impresionante queda al servirlo! Con la tapa puesta, lo cocinado en tajine aguanta por un buen tiempo caliente.
Recetas clásicas son tajine de cordero con ciruelas pasas u orejones, de pollo con limón y aceitunas, de pescado con lima y cilantro, de pato con dátiles y miel…. A que ya estás salivando. Lo interesante es que todo lo que cocinas con tajine, puede guardarse en la nevera un par de días o congelarse. Así que haces un buen guiso, y varías los cereales con que acompañarlo.
Un tajine irrompible
Los de barro cocido necesitan un proceso de curado y exigen cuidados especiales, son frágiles y se han de lavar a mano.
A Occidente han llegado tajines muy prácticos de hierro fundido, como el de Le Creuset. Es un tajine moderno, apto para todo tipo de cocinas, incluso de inducción, horno, frigorífico y lavavajillas. Y con garantía de por vida.
Su base es de hierro fundido esmaltado. Su tapa cónica, de resistente cerámica color cereza, negro o volcánico, y dos diámetros, de 27 o de 31 cm, para 4 a 8 personas. Su aspecto, de lo más elegante. ¡Es de la marca francesa Le Creuset!
La base de hierro fundido no tiene antiadherentes, por lo que se cocina de forma totalmente natural. La cocción en su jugo evita que la comida se pegue, o utilizar mucho aceite. ¡Sé mejor más generoso con las hierbas y especias a tu gusto! Puedes combinar tantas cosas, que todos los guisos en tajine son muy personalizados. Con el tajine vas a conseguir sabores nuevos con ingredientes de siempre.
«Me he comprado un tajine recientemente, y después de mirar y mirar por todas partes, opté por comprar el de Le Creuset. Es el mejor de todos sin duda, además, recuerdo que en un viaje que hice a Suecia hace algunos años, fuí invitada a casa de unos amigos donde nos prepararon un tajine de carne y verduras hecho en un tajine de hierro colado (como el de Le creuset) y aquello fué toda una experiencia culinaria«.
Ahora que has aprendido esta nueva forma de cocción, ¿quieres descubrir también cómo hacer cremas y espumas de sabores increíbles con el sifón Isi?
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