Preguntamos a grandes bloguers de cocina por el papel de la cocina en la familia:
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¿Qué influencia ha tenido tu familia en tu afición a la cocina?
Raúl
“La comida en mi núcleo familiar era importantísima, cualquier celebración siempre se hacía con una comida o con una cena; incluso los desayunos eran importantes, sobre todo los de los fines de semana o los festivos. Qué duda cabe que esto dejó una impronta importante en mí cuando era niño.
Siempre fueron momentos felices de reunión con mis seres queridos y disfrutar de un buen guiso o de un postre delicioso en la actualidad -siempre con un buen porcentaje de azúcar- me hace rememorar esos grandes momentos donde la comida era un ancla de unión y disfrute, pero mi enriquecimiento gastronómico no se limitaría a la estancia familiar donde se servían aquellas comidas.
Mi padre era un gran comensal y disfrutaba llevándonos a comer fuera desde que yo era muy pequeño. De su mano conocí restaurantes de cocina italiana, japonesa, china, francesa, mexicana, cocinas internacionales, etc. Todas estas vivencias han hecho que siempre esté buscando nuevos territorios y nuevas fusiones en la cocina, en otras palabras: la mente abierta de mi padre y de mi madre a nuevos sabores me llevaron a educar mi paladar a edades insospechadas, cosa que agradezco muchísimo.
No puedo dudar ni un instante de que toda esa pasión por la comida y la educación del paladar desde mi niñez, gracias a las vivencias en el seno familiar, han marcado mi presente y se ven reflejadas en mi cocina a tal punto que desde hace muchos años dejé de ser un mero aficionado y pasé a dedicarme profesionalmente a la cocina”.
Ricardo Ojalvo
“La familia condiciona tanto el tiempo que le dedico a la cocina, como la forma en la que me la planteo en cada momento. Hay un principio básico en mi forma de cocinar, y es que nada debe anteponerse a los valores nutricionales de una comida, aunque si las circunstancias lo permiten, el logro de una estética y la búsqueda de unos matices de sabor concretos, los considero igualmente importantes. Comemos para alimentar nuestro cuerpo, pero también nuestro espíritu.
Soy exigente conmigo mismo, y esa exigencia se ve reforzada por el estímulo de satisfacer en todos los sentidos a las personas para las que cocino. Si tuviera que cocinar para mí solo, comería cosas muy diferentes a las que como, pero nunca dejaría de usar los mejores productos a mi alcance.
Obviamente, los platos que desfilaban por mi cocina hace dos años cuando mi primera hija estaba a punto de nacer, eran muy diferentes a los que desfilan hoy, cuando a esa hija se le ha unido un segundo. Pero a medida que mi mujer y yo compartamos más horas de mantel con nuestros dos pequeños, estoy seguro de que mi cocina irá evolucionando en función de los nuevos retos que se plantean”.
Javi
“Para mí la influencia de mis padres ha sido absoluta. De mi madre he heredado la pasión por la cocina ya que ella se pasa horas en los fogones cocinando para la familia. Y de mi padre he aprendido a disfrutar de la buena comida.
Creo que el hecho de haber crecido junto a una gran cocinera es un regalo incalculable ya que gracias a eso he podido desarrollar un gusto por los sabores auténticos que luego me ha empujado a buscar esos mismos sabores en todos mis platos.
Empecé el blog sin pretensiones, y sigue siendo así, pero ahora no quiero publicar nada de lo que mis padres no se sintieran orgullosos al probarlo. Así que puedo asegurar que la influencia de la familia en mi cocina ha sido y será muy importante”.
Pamela Rodríguez
“Muchos de mis recuerdos de infancia giran alrededor de la cocina y es que siempre estaba observando lo que mi madre y mi abuela hacían. Sentía mucho interés y curiosidad, así que no tardé en ayudar en pequeñas tareas propias de mi edad.
En mi familia se hacían muchas comidas, tanto de campo, romería, como en casa, así que no es raro el fin de semana, fiesta o celebración, que no hubiese muchísimas personas alrededor de la mesa”.
Su
“Yo me crié pegada a las faldas de mi madre, siempre la recuerdo cosiendo y en la cocina preparando sus cosas. Yo la acompañaba al mercado, fue entonces cuando aprendí lo que ahora me gusta tanto hacer, que es seleccionar los ingredientes, comparar calidad y precio, y comprar productos de temporada para luego seguir el siguiente proceso que es organizar compra y cocinar lo que vayamos a hacer.
Yo muchas veces ni siquiera miraba, estaba haciendo mis deberes o mis cosas, pero esos olores, esa repetición de técnicas o su manera de moverse en la cocina, se quedaron grabadas de tal forma en mi cabeza, que cuando yo tuve mi casa y tuve que ponerme a cocinar, todas esas cosas vinieron a mí de manera natural, unas pocas recetas escritas a mano en un cuadernillo y el resto ocurrió solo.
Mis abuelos tenían una huerta, y cuando eres pequeña y hueles el olor de un tomate o un pepino recién hecho, o ves como hacían sus conservas, eso también se queda grabado, por lo menos a mí no se me olvida.
Además en familia he aprendido otras muchas cosas, entre ellas, aprovechar las sobras, respetar los productos y saber que el tiempo invertido en cocina es salud y bienestar.
Lo que no estoy muy segura es que a todos los miembros de una familia nos lleguen estos mensajes por igual. A mi hermana, criada lo mismo que yo, no le gusta cocinar, con lo cual pienso que yo me llevé todos los genes cocineros”.
María José
“Sin lugar a dudas mi familia y las personas que me rodean y quiero, han influido en mi cocina porque para mí, cocinar es un acto de entrega, de cariño, de estar pendiente de los demás, en definitiva, de hacer felices a las personas. Me influyen su estado de ánimo, sus gustos, sus alegrías….Hay mucha gente que no muestra interés en cocinar pero no conozco a nadie que no le guste comer bien, que le mimen, que le hagan su plato favorito por su cumpleaños….y la cocina es el mejor regalo casero. Si viviera apartada del mundo, estoy segura que seguiría cocinando pero perdería el encanto de cocinar para los demás.
Mi madre ha tenido una gran influencia en mí, pero no sólo porque sus recetas están presentes en mi cocina sino por su actitud ante el fracaso de los platos. Ella vivía con desazón un arroz pasado o unas alubias sosas, yo aprendí hace años que el interés y la intención de hacer un plato, valen más que el resultado final. Al menos, esto es lo que yo quiero transmitir a mis hijos. La cocina es un acto generoso que hay siempre que valorar.
Viajar es una oportunidad única para aprender de otras personas y culturas. Yo tuve la suerte de viajar a Inglaterra desde muy niña. Allí aprendí una manera de cocinar que nada tenía que ver con los platos que mi madre preparaba en casa. Pero si hay algo que valoro y que influyó en mí, en mis viajes a Inglaterra, fue que Sheilla me enseñó algo que considero primordial en mi cocina: abrir el frigorífico e imaginar, improvisar, inventarse una comida con las 3 o 4 cosas que tenemos en ese momento. El arte de inventar una comida, sin pasar por el supermercado”.
Este es el primer capítulo de la serie Aprende a cocinar con la que mejorar nuestra cocina a partir de los conocimientos y la experiencia de grandes bloguers de cocina. Puedes leer también Aprende a cocinar II: “¿Cómo transmites tú el valor de la cocina?”, Aprende a cocinar III: “¿Cómo es tu cocina?” Aprende a cocinar IV: «¿Cómo te organizas en la cocina?» Aprende a cocinar V: ¿Cómo te mantienes al día en la cocina? Aprende a Cocinar VI: Cómo empezar en la cocina. Aprende a Cocinar VII: ¿Saber cocinar es saber comer? Aprende a Cocinar VIII: ¿Cocinar para seducir?
Como siempre la cocina une a una familia 🙂
Hola me gusta mucho estudiar con lecuine porque el tema que tiene es el fundamento familiar en la cosina y que Dios los bendiga mucho a todos los integrantes de este libro que es muy importante estudiar para aprender de quién tiene conocimiento.
¡Muchísimas gracias por tu comentario, María!